Reparamos instrumentos de viento. El ‘médico’ del viento

Tienes un problemilla en tu saxofón, trompeta, trombón o tuba…Contacta con musicasa por que somos especialistas en viento y Reparamos instrumentos de viento.
Disfruta de la entrevista que el prestigioso diario El Mundo, realizó en el taller de musicasa a nuestro luthier de viento Ángel Martínez

Ángel Martínez sosteniendo un oboe en su taller en Musicasa.
Ángel Martínez sosteniendo un oboe en su taller en Musicasa.

El ‘médico’ del viento

JORDI AVELLÀ
Visitamos el taller del luthier de viento Ángel Martínez

Los saxofonistas de Joe Cocker, Eric Clapton y Luis Depestre, entre los músicos que componen su cartera internacional de clientes

ALEJANDRO FUENTES Palma Fuente: El Mundo
FOTOS: JORDI AVELLÀ Actualizado:06/08/2015 08:51 horas

El sonido cortante y penetrante de un oboe resuena nada más abrir la puerta. Al entrar hay que esquivar más de 20 instrumentos cubiertos por sus fundas. Las estanterías sostienen las herramientas y engranajes necesarios para que la música fluya: zapatillas, muelles, corchos… Sobre la mesa metálica de trabajo, dos saxos contundentes y amarillos. En uno de ellos hasta se pueden adivinar los 60 años que lleva sonando. Estamos en el taller de Ángel Martínez, un luthier de viento que desde Palma de Mallorca hace más de 30 años arregla los instrumentos de músicos de todas las partes del mundo.

El saxofonista de Joe Cocker, Nobert Fimpel; Molly Duncan, que acompañó en el saxo a Eric Clapton, Luis Depestre o Miquel Ramón… Nombres conocidos para los melómanos componen la cartera internacional de clientes de Martínez, que también arregla los instrumentos de la banda municipal de Palma y otras de la Península, de aficionados y estudiantes de ese Consevatorio palmesano que tan cerca queda de su taller, instalado en Musicasa, una conocida tienda de instrumentos musicales de la capital balear.

Prefiere no llamarse a sí mismo luthier. Él se describe como “técnico especialista en instrumentos de viento, tanto de madera como de metal”. “Un luthier construye y repara los de cuerda. Yo los arreglo, no los creo”, matiza Martínez.

El amor por la música le viene de herencia, igual que su oficio. Su padre fue quien le inculcó “esa sensibilidad”, su maestro. Ahora es él quien enseña a su hijo mayor, de 14 años, con el que sigue el linaje de luthiers de la familia Martínez. “Ya muestra maneras y desmonta un saxo con una facilidad pasmosa”, cuenta orgulloso de su discípulo.

Reparar uno de los instrumentos que llegan a su taller le lleva entre 10 y 12 horas. “Para mí es mucho más que un trabajo, es algo pasional”, señala mientras asegura que está “desbordado, con unos 45 instrumentos por arreglar”. Martínez, por puro “gusto y disfrute”, trabaja incluso los domingos.

“Siempre he tenido habilidad con las manos, me gustaban mucho las manualidades”, recuerda. A pesar de sus más de tres décadas de experiencia, insiste en que “cada día se aprenden cosas nuevas”. Y en ello anda. Inquieto y perfeccionista, busca superarse a sí mismo con “nuevos retos”.

Un luthier, asegura, debe “empatizar con el músico y ponerle las cosas fáciles para que cuando esté en un concierto se olvide de todo y pueda dedicarse sólo a expresar sus sentimientos a través de su música”. Paciencia, exigencia y ‘conectar’ con quien al final tocará el instrumento son la base de un buen luthier.

Existen todavía oficios que sobreviven al paso del tiempo y a la evolución tecnológica. Y este, qué duda cabe, es uno de esos. En su caso, para resetearse, para actualizarse y ponerse al día en el oficio, utiliza Facebook de “forma seria y profesional”. A través de esta red social consigue clientes de todas partes del mundo.

“Mi padre no tenía Internet ni los recursos de hoy en día. Cuando se encontraba un problema se diseñaba las herramientas para salir del paso”, relata para explicar que él lo tiene más fácil. Compra material en Estados Unidos, Inglaterra o Alemania.

Martínez, que ha dado conferencias en Madrid, Valencia o Mallorca, resalta que hay “mucho desconocimiento” a la hora del cuidado de los instrumentos. Los instrumentos de viento -metal y madera- requieren “mantenimientos y revisiones periódicas”. Las condiciones climatológicas afectan al instrumento y sufre un deterioro progresivo. “Necesita pasar por el taller al menos una vez al año”, confirma.

Martínez tiene claro que no se va “hacer de oro” con su trabajo, pero le da igual. Él disfruta con ello. “Hay algunos que cobran auténticas barbaridades, pero yo no. Mis precios son justos, tampoco hay que abusar”, confirma con un clarinete en las manos, recién terminado de arreglar.